Ya os vais?

Tras matar, asesinar ,sorber y beber toda la sangre posible, me dirigía a la mansión de los Cullen, pues había escuchado que tenían que marcharse.
Tenía todo previsto para ir, pues sabía que había sangre humana por allá, y no quería dañar mi reputación ni dañar a nadie... Por el momento.

Una vez cerca de sus dominios me adentré con cuidado, no quería problemas, para ello tendría que buscármelos, y no lo estaba haciendo. Aunque mis ojos rojos me delataban un poco...

Llegué a la puerta, no vi a nadie, pero los sentí.

...Vengo en son de paz! digo ahora irónicamente llamando a la puerta hemmm...hola? puede que no quieran hablar... estarán ocupados? me he alimentado suficiente... aviso mirando a todas partes... Imposible que no quieran verme. Soy una buena amiga de la familia!

Al salir de mi propia habitación, que tomaba por oficina, presentí que un nuevo vampiro se acercaba de visita; no me equivoqué al comprobar a través de los largos ventanales de mi hogar, que fuera esperaba una vieja conocida, vestida con ropas ajustadas de cuero negro, era imposible no reconocerla ni saber que se trataba nada más ni nada menos que de: Alejandra E. Andrews.

Honestamente aún no estaba de acuerdo con que se alimentase sanguinareamente de pobre humanos que nada tenían que ver con su insaciable apetito. Y es que, aunque no era lo mismo, se podría sobrevivir de la sangre animal.

Caminé hacia la puerta y la recibí cordialmente -¡Alejandra querida, qué gusto verte!, pasa por favor-, le ofrecí mientras me hacía a un lado para que se adentrara en la Mansión. -Como verás andamos en planes de mudanza; es tiempo de un cambio...-, le informé al cerrar la puerta. -Ponte cómoda-, sugerí a la par que caminaba a la sala. Finalmente me senté en el blanco y mullido sofá; de aún ser humano seguro que mis huesos hubieran agradecido a tan confortable sensación.

No pude evitar reparar en sus rojos ojos, sin duda se había alimentado hace poco. -Cuéntame, ¿Qué hay de tu vida?-

Me abrió la puerta, me invitó a pasar cálidamente.
Muchas gracias, Carlisle. me senté a su lado, en el sofa relucientemente blanco.

he oído que os marcháis a...Brasil? pregunté no segura del destinatario.

Miré a mi alrededor, esperando respuesta, mientras intentaba agudizar mis sentidos.
Puede que buscara un bocado que llevarme a la boca... puede que buscase a la queridísima nieta de mi gran amigo Carlisle... me parecía una buena chica, con una buena sangre... Yo era fiel a los Cullen, a todos sus miembros, pero me parecía que Renesmee sería un buen premio.
Sabía que Carlisle sospechaba algo, pero él también sabía que no dañaría a su nieta.
No... de momento... puede... No la dañaría, pero para ello tendría que tener la lealtad absoluta de la familia.
Y la tengo.
no?... más les vale...
Aun así, yo seguiría siendo fiel ante su respuesta positiva.

-Efectivamente, pronto nos marcharemos a Brasil... compartiremos con el aquelarre de las amazonas; es todo un cambio.- Me crucé de piernas en una postura varonil, mientras sentía que la situación se estaba poniendo tensa; yo no tenía mucho que decir, y la amenaza se olía en el aire. Renesmee era híbrida, y por lo tanto, su sangre humana despertaba mucha curiosidad... me temía que la reciente visita no fuera excepción. Por si las dudas, debía proteger a mi nieta; entendía que aunque yo pudiera contenerme, para quienes no practicaban mi dieta, la sangre humana podría volverse irresistible.

-Veo que te has alimentado-, añadí con seriedad esperando apelar a su satisfacción para quitar su deseo sobre Nessie. Ante todo me era de vital importancia que respetasen a toda mi familia para ser considerados amigos. Por lo que considerar a Alejandra como amiga de la familia, dependía de su comportamiento para con nosotros.

No hacia mas que buscar con la mirada y la nariz en busca de Renesmee, pero Carlisle parecía tenso, algo nervioso, así que dejé de buscar y me centré en nuestra conversación, aunque la dicha conversación también tenía que ver bastante con a los que ellos llaman "Nessie".
-si, bastante... Estoy saciada,de momento....- mis ojos miraron a los de Carlisle competitiva mente, y me apresuré a apartar la mirada. Era normal que quisiera proteger a su nieta. Pero también era normal que yo quisiera morderla.
Volví a fijar mi mirada en la de él, esta vez, tranquila y sumisa, esperando una larga y buena conversación.
-¿y que opinan el resto de los Cullen de esto?están de acuerdo con irse?- pregunté con una ligera sonrisa, aunque algo nerviosa, pues estaba empezando a levitar un poco, no demasiado. Me pasaba cuando intentaba ocultar algo,o estaba tensa, o a la defensiva.
Me agarré con cuidado al sofá e intenté permanecer todo lo quieta posible. mis pies empezaban a elevarse también, así que luché contra mi misma para mantenerlos en el suelo.
Apreté la mandíbula debido a mi esfuerzo por parecer tranquila a la vez que intentaba mantenerme en el suelo.

La veía tensa, se aferraba al sillón y apretaba su mandíbula. Reneesme no estaba en la Mansión, sin embargo eso tenía su aspecto positivo, y su aspecto negativo: por un lado, no podría encontrarla al instante en caso de que su instinto mandara sobre su raciocinio... pero a la vez, no podía mantenerla bajo mi protección, por lo que si Alejandra se decidía a buscarla, no tendría ventajas por sobre ella.

Acomodé una arruga de mi pantalón de mezclilla (me permitía una vestimenta informal estando en mi casa; de vez en cuando era confortable dejar la bata de médico a un lado) y acomodé mi voz tosiendo un poco. Las cosas se estaban tornando algo incómodas, y no tenía idea sobre qué venía a buscar mi curiosa visitante (además de un peligroso tentempié que podía costarle la vida). -El resto de mi familia se mantiene de acuerdo y planea seguir apoyando mis planes e ideales-, aseguré con firmeza y tranquilidad; honestamente no puedo pedir más. En fin, espero que sigas manteniéndote como amiga de la familia...-, agregué dejando en claro las cosas. -Digo, a pesar del viaje y las mudanzas... Los Cullen siempre estamos para los nuestros.- Terminé por decir con aquella frase de doble sentido, tanto en ofrenda como en advertencia.

Asentí con una sonrisa, pero con recelo en mis ojos...
-Necesito un lugar donde poder estar segura - aclaré mis ideas - - tengo que ... protegerme
Mi agresividad me jugó una potente batalla contra unos .."amigos" de Nueva Orleans.
Tuve problemas con un banda peligrosa de fuertes vampiros. Pero no quise hablar del tema.
- Es decir... si pudieseis acogerme durante un tiempo, tu y tu familia... - con énfasis en la palabra "familia" -os estaría muy agradecida.
Me calmé bastante haciendo que la levitación disminuyera notablemente.
Mis ojos observaban el rostro de Carlisle, que, estaba atento a mis movimientos. Pero mis otros 4 sentidos se centraban en el alrededor. Necesitaba sentirme entre ellos, y ¿a quien iba a engañar? necesitaba sentirme a su lado, al lado de Renesmee. Era una chica joven, atrayente para mi en muchos aspectos. Sabía que si la dañaba, me dañaba a mi también... así que:
-Y os prometo ser leal - añadí con seriedad y compromiso.